Este es un artículo especial en el que voy a hablar del Museo Vasa, protagonista de una historia peculiar que tuvo lugar en Estocolmo hace muchos, muchos años.
Podría incluso decir que es un viaje en el tiempo. La paradójica y corta travesía de un proyecto que salió mal, pero que justamente porque salió mal se sostuvo en el tiempo y se volvió un fenómeno que llega hasta nuestros días.
¿Qué sentido tiene ir a ver un barco antiguo si no entiendo nada de barcos? Eso fue lo que me pregunté antes de visitarlo.
Lo cierto es que este museo no solo es el más visitado de Estocolmo sino también de toda Escandinavia. Eso genera al menos algo de curiosidad.
¿Por qué un barco hundido puede atraer tanta atención?
En este artículo voy a contarte más acerca de este museo para que tu decisión no dependa de la cantidad de visitas que recibe.
El Vasa se gana su puesto en el ranking a pulso. Ya vas a ver…
¿Por qué el Vasa es un imperdible?
Después de 333 años en el fondo del mar, este enorme buque de guerra fue rescatado.
El Vasa es la nave del siglo XVII en mejor estado de conservación del mundo.
¿Acaso has visto con tus propios ojos muchos buques de guerra tan antiguos y con tal grado de conservación?
Aparte de la embarcación, el Museo Vasa tiene distintas exposiciones que nos relatan su breve y al mismo tiempo prolongada historia.
También verás expuestos algunos de los más de 4.000 objetos recuperados del hundimiento del Vasa, entre los que destacan las numerosas esculturas coloreadas que se distribuían por el casco del barco.
Por qué se construyó
El Vasa fue encargado por el rey sueco Gustavo II Adolfo que pertenecía a la dinastía de los Vasa.
Por esa época el reino de Suecia enfrentaba una larga guerra con Polonia. Una razón más para que el rey ordenara construir un buque que fuera determinante en la guerra y represente la grandeza de su reinado y el esplendor de su linaje. El Vasa sería el buque de guerra más poderoso y fastuoso de su época.
Qué demandó
Su construcción comenzó en 1626 y en su elaboración participaron unas 400 personas, tanto mujeres como hombres.
Era una robusta embarcación de tres mástiles, capaz de portar diez velas y un peso de 1.200 toneladas. Con sus 64 cañones, el Vasa estaba llamado a ocupar un lugar protagónico dentro de la armada sueca.

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¿Por qué se hundió?
El 10 de agosto de 1628, el Vasa abandonó su atracadero. Llevaba todos sus cañones asomando y disparando salvas. Luego de recorrer poco más de un kilómetro, tras varios golpes de viento, el Vasa se desestabilizó y el agua comenzó a entrar por las aberturas de los cañones. De las aproximadamente 150 personas a bordo durante el naufragio, perdieron la vida al menos 30.
En el siglo XVII no se aplicaban todavía cálculos teóricos para la estabilidad de las embarcaciones, basándose su construcción en las experiencias previas.
Cuando la construcción del buque estaba muy avanzada, el entonces rey de Suecia, presionado por la dura guerra con Polonia, pidió que en el galeón se instalara una fila más de cañones.
Para introducir novedades tecnológicas, como este agregado de artillería pesada, había que improvisar. En consecuencia el Vasa pesaba demasiado y el peso no estaba bien compensado por y fue incapaz de enderezarse para recuperar el equilibrio cuando el viento lo inclinó.
El rescate
Pasaron 333 años y el barco seguía sumergido en el Mar Báltico. No por falta de interés en rescatarlo sino porque hasta mediados del siglo XX no existía la tecnología adecuada para encontrarlo.
Fue Anders Franzén, un técnico marino sueco y arqueólogo naval aficionado, quien decidió buscarlo por cuenta propia y seguirle la pista durante los primeros años de la década del 50.
Recién en agosto de 1956 pudo dar con un objeto de madera de roble de gran tamaño que coincidía con muestras de material rescatado en otras épocas.
Luego comunicó su hallazgo a la Marina de Suecia que con sus buzos logró dar con la posición definitiva del navío.
¿Cómo se conservó tan bien?
Cualquiera pensaría que en más de tres siglos, el Vasa se habría desintegrado. Pero no. El Vasa estaba en perfecto estado de conservación.
Resulta que la madera del navío no se había deteriorado con el paso del tiempo debido a la baja salinidad del mar Báltico y a la casi inexistencia de un molusco que suele comerla.
Mantenimiento luego del rescate
Sacar el Vasa a la superficie supuso un trabajo de ingeniería que tomó más de seis años.
Pero entonces, al exponer el barco al contacto con el aire, surgió el peligro de que la madera se resquebrajase.
Por eso, durante 17 años tuvieron que rociarlo con ceras especiales que penetraran la madera y fueran reemplazando poco a poco el agua. Luego se dejó secar durante varios años más.
Por último, al tener la madera curada y restaurada, se comenzó a armar el buque. Al final se reconstruyeron las piezas faltantes y se armaron de la misma forma como fuera armado el día de su estreno, llegando a tener hasta el 98% de su estructura original.
La Construcción del Museo
Esta maravilla antigua merecía un lugar especial.
Por eso decidieron construir un museo a medida que mantenga el barco en óptimas condiciones de conservación.
En 1990 abrió sus puertas el Museo Vasa en la isla de Djurgarden, en la zona de museos, muy cerquita del centro de Estocolmo.
Desde el momento que llegas hasta el que te vas, el barco es el protagonista, tanto por sentirnos diminutos ante un galeón de esas dimensiones como porque el museo está diseñado de tal forma que podemos apreciar el buque desde diferentes alturas y perspectivas.
Además, el museo invita a un recorrido por la época de construcción del barco y por el rescate y mantenimiento del Vasa mediante videos, fotografías, maquetas, reproducciones 3D de personas de la época, vestimentas y audioguías.
Información práctica
Como te conté antes, el museo está en la isla de Djurgarden a unos 10 minutos en bicicleta o 20 minutos caminando desde el centro de la ciudad.
También tienes la opción de llegar en tranvía, autobús y transbordador. Puedes ver alguno de mis vídeos sobre transporte en Estocolmo para saber cómo moverte por las diferentes zonas de la ciudad.
La entrada incluye visita guiada, proyecciones, audioguía y recorridos autónomos.
Los niños y jóvenes de hasta 18 años no pagan entrada.
Te sugiero que no lleves bolsos de gran tamaño al museo porque no tienen servicio de consigna donde dejarlo durante tu visita.
También te recomiendo llevar un abrigo adicional. El Vasa requiere una temperatura baja para su preservación, por lo que el ambiente dentro del museo puede resultar un poco frío. Claro que eso dependerá de la época en la cual lo visites.
Si quieres hacer buenas fotos, debes tener en cuenta que la iluminación artificial es bastante tenue por lo que te recomiendo llevar un trípode o algún tipo de apoyo para la cámara.
Curiosidades
- El museo Vasa es el museo más visitado de toda Escandinavia (lo visitan más de un millón de personas cada año).
- El Vasa se hundió sin alcanzar mar abierto y sin colisionar con nada.
- El Vasa estaba decorado con más de 700 esculturas talladas. Las esculturas constituyen un tesoro artístico de un valor incalculable.
- En el museo Vasa están expuestos más de 4.000 objetos que pertenecieron al barco.
- El Vasa es el único galeón del siglo XVII que se conserva (y se conserva el 98% de su estructura original).
- La isla de Djurgarden (donde se encuentra el museo Vasa) era la antigua reserva de caza real.
- El museo Vasa fue inaugurado en 1990. Pasaron más de 30 años desde que se reflotó hasta que se pudo exponer al público.
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