Una turista canadiense decidió devolver los restos arqueológicos que robó durante una visita a las ruinas de Pompeya tras asegurar que estaban “malditos”.
A los 21 años Nicole realizó un viaje a Italia y en aquella ocasión recorrió las ruinas de la antigua ciudad de Pompeya, a los pies del volcán Vesubio.
Exactamente 15 años después, un operador turístico local recibe un paquete conteniendo dos fragmentos de ánforas, un trozo de la pared de una domus y dos pedazos de mosaico, además de una carta de disculpas.
“Era joven y tonta” dice Nicole en su misiva. “Quería tener un pedazo de historia que no se pudiera comprar”.
Pero al parecer, luego de regresar a su país con los restos arqueológicos, comenzó a enfrentar algunos sucesos que parecen no tener fin: “Tengo 36 años y he padecido dos cánceres de mama. Mi familia y yo tenemos problemas financieros. Somos buena gente. No quiero pasar esta maldición a mis hijos”.
En el año 79 d.C., el Vesubio entró en erupción, cubriendo de lava y gases mortales toda la próspera ciudad de Pompeya y terminando con la vida de sus residentes. Pompeya no volvería a ver la luz hasta su descubrimiento en 1735.
“Tomé un fragmento de la historia capturado en un tiempo con mucha energía negativa”, escribió Nicole. “La gente murió de forma horripilante y yo tomé trozos relacionados a dicho desastre”.
“Por favor, quédenselos. Traen mala suerte”
Suceso frecuente
Pompeya recibe cerca de tres millones de visitantes al año. Es el lugar turístico al aire libre más popular de Italia, junto al Coliseo romano.
Según las autoridades del yacimiento arqueológico, esta no es la primera vez que alguien devuelve restos tomados de las ruinas.
El robo, el consecuente arrepentimiento y devolución, son un fenómeno tan habitual que incluso el parque arqueológico organizó en alguna oportunidad una exposición con el título “Lo que me llevo de Pompeya”, en la que se exhiben las reliquias devueltas y los mensajes con los que han llegado acompañadas.
¿Y tú qué? ¿Has tenido alguna experiencia similar? ¿Te atreverías a enfrentar una “maldición” así?
En lo personal, me conformo con llevarme imágenes grabadas en la retina.
No creo en las brujas, pero que las hay, las hay 🙂
