Su redondez daba esperanzas. ¿A que sí?.
Sin embargo, con muy poquito tiempo nos mostró que no era de fiar y luego nos la pasamos contando las horas hasta su partida. ¡Que hoy llega!
Y que conste que en lo personal lo inicié con mucha energía, viajando y descubriendo parte de mi querida América del Sur.
Allá por las tierras de los parceros, Colombia, donde fui feliz junto a mi familia y conocí un poquito de todo lo que esa linda gente tiene para ofrecer (y mis primeras impresiones las puedes ver al pie de este artículo).
Los planes seguían rumbo a Chile pero lamentablemente el mundo quedó patas para arriba y los viajes se vieron postergados.
Pero siempre, a pesar de los pesares, he mantenido la ilusión tremenda que me genera compartir contigo mis experiencias y conocimientos respecto a los viajes.
Porque las cosas lindas de la vida, si no se comparten, solo mueren dentro de uno y eso es una injusticia.
Sin duda alguna, viajar continuará siendo una de esas caricias inmensas a nuestro espíritu y quiero seguir motivando y ayudando a otras personas a hacerlo realidad cuando eso sea posible.
Hemos perdido mucho durante este año pero dicen que los momentos así sacan lo mejor y lo peor de la humanidad. Eso ya lo veremos luego.
Es muy fácil atribuirle todos nuestros problemas al 2020 y nuestras esperanzas al que vendrá. Sin embargo, sí hay motivos para creer que las cosas mejorarán pronto.
Y mientras eso sucede yo estaré aquí, entregando mi tiempo y mi energía a una de nuestras pasiones (seguro ya sabes cuál es jeje). Porque siempre que llovió paró.
Deseo que el próximo año te trate mejor que nunca, que puedas abrazar a las personas que quieres, que tengas un trabajo que te haga feliz y que ojalá pronto nos encontremos en cualquier rincón del mundo, siempre haciendo camino al andar.
Y como comencé diciendo… ¡Adiós 2020! Creo que el mundo no te extrañará, pero será muy difícil olvidarte.
